11 claves para un docente novel

Tú que, tras estudiar Historia del Arte, te planteas qué futuro profesional vas a tener. Tú que, sin tener claro cómo es la situación actual de la educación, ves que dar clases puede ser una salida. Tú, Elena, que estás haciendo las prácticas del MAES (Máster de formación del profesorado de Educación Secundaria) y que te ha tocado que un servidor sea tu tutor durante más de dos meses… Ahora que te estás dando cuenta que ni los alumnos, ni los profesores, ni la educación de hoy se puede comparar a lo que era hace 10, 20 o 30 años…

Me gustaría que, tras esta experiencia que estás teniendo, te quedaras con estas claves educativas que intento (lo mejor que puedo) llevar a cabo en mi aula. Así entiendo la educación, así intento enseñar, así sigo aprendiendo todos los días.

1. Cuida el ambiente de la clase

Fundamental para un buen proceso de enseñanza-aprendizaje es intentar que en el lugar donde se desarrolle la acción educativa se respire el mejor ambiente posible. Las buenas formas, el respeto mutuo, la ausencia de gritos y sobre todo el buen humor son claves para ello.

2. El error como fuente de aprendizaje

De los fallos se aprende. Algo obvio, pero que muchos docentes no lo tienen en cuenta. Penalizar el error de los alumnos es algo muy común en el profesorado. Sin caer en la cuenta que es cuando corregimos lo que hacemos mal cuando más aprendemos. Por lo que habría que reflexionar qué tipo de evaluación realizamos.

3. La pregunta, como proceso clave

Generar la duda y provocar el interrogante en el alumnado supondrá que éstos se cuestionen prejuicios, conocimientos previos, limitaciones… y sobre todo, conseguiremos que los alumnos abran el camino para entender y comprender lo nuevo. Haz lo posible para que tus alumnos te lo pregunten todo.

4 Prioriza la comprensión y la relación de ideas

La memoria es importante, pero efímera. Por ello, cuanto más trabajemos la comprensión y la relación de ideas, más estaremos haciendo porque lo aprendido sea verdaderamente asimilado y recordado en el tiempo. Igual que la velocidad sin control no sirve de nada, sin comprensión la experiencia de aprendizaje es más que limitada.

5. Aprendiendo de y con los demás

Las personas somos seres sociales, es por eso que cuanto más desarrollamos la capacadidad de compartir más desarrollamos nuestra capacidad de aprendizaje. Porque de todo y de todos se aprende. Así que intenta potenciar en lo posible el trabajo cooperativo y colaborativo en las clases.

6. Trabaja las emociones en el aula

Está cada vez más comprobado la importancia de las emociones en el aprendizaje. Es fundamental que los docentes trabajemos esas emociones en el aula. No trabajamos con robots sino con personas que piensan y sienten, por ello el aprendizaje será más significativo cuanto más aparezca en él las emociones.

7 Potencia la creatividad

Una de las ventajas que tenemos los docentes es que trabajamos con niños y jóvenes que ¡aún tienen imaginación! No es cuestión de que la vayan perdiendo en la escuela, sino que la trabajen y la desarrollen. Cuanto más trabajemos la creatividad, el pensamiento divergente y la capacidad para que los propios alumnos exploten su imaginación, más estaremos haciendo por su presente y su futuro.

8. Generando juicio crítico y argumentación

Es uno de los objetivos principales de la escuela, hacer que el alumno pueda argumentar sus propias ideas. A veces, parece que los profesores pretenden meter en la cabeza a todos los alumnos las mismas ideas y los mismos razonamientos, cuando la riqueza educativa es precisamente generar en el alumno la capacidad de pensar por sí mismo.

9. En lo posible, jugando

La capacidad de aprendizaje que genera el juego no sólo está infravalorada, sino que relacionar dicho juego sólo con las edades más tempranas demuestra tener las miras muy cortas. Además, si asociamos el juego sólo con el objetivo de entretener estamos cayendo en un gran error. Vamos cambiando esa idea, pero muy poco a poco. Lleva a tu clase una ginkana, saca a los niños al patio y realiza dinámicas, haz teatro, ponles música… Cuánto más aprendan jugando, el aprendizaje posiblemente será más significativo ¿por qué? Porque aprendemos más y mejor haciendo cosas que nos gustan.

10. Trabajando en equipo

Es verdad que no a todos los alumnos les gusta trabajar con otros compañeros. Unos por timidez, otros por falta de compañerismo, otros por excesivo individualismo, otros por pasotismo… Pero trabajar en grupo es fundamental. Porque con este tipo de trabajo, bien guiado, les proporcionamos a los alumnos una serie de valores y herramientas como la empatía, la superación, el esfuerzo común, la solidaridad… que son imprescindibles para un mundo laboral cada vez más interconectado y hecho para trabajar en redes.

11. Evaluando el proceso de enseñanza

Es curioso que, en una profesión que se centra en evaluar a otros, guste tan poco que se evalúe lo que los propios profesores hacemos. Pues es imprescindible compañeros. Sin evaluación no hay mejora. Mal docente será aquel que cree que todo lo hace bien y ya no tiene nada que mejorar ni aprender. Lo mínimo que podemos hacer por nuestros chavales de clase es intentar hacerlo siempre lo mejor posible. Y para ello tenemos que parar y reflexionar, para darnos cuenta de todo lo que hacemos bien y todo lo que aún podemos mejorar.

Querida Elena, los docentes y educadores no somos perfectos. Y fallamos. Pero tenemos que ser conscientes que nuestra aula es un paraíso donde podemos hacer maravillas. Creo que si tomamos como ruta educativa estas claves, estoy seguro que una educación mejor sí es posible.

 

Texto original: http://bit.ly/1AWMNs3

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